Un blog para mí

Hace días decidí abrir este blog a mi nombre, porque me hace falta contar y mostrar las cosas que me pasan, me gustan y, ocasionalmente, hago.

Primero se me ocurrió colocar regularmente las cosas extraordinarias que me suceden, que en realidad son cosas totalmente ordinarias, pero me suceden a mí y a nadie más en el mundo.
Luego pensé en colocar las fotos que no van en ninguna parte, pero que son parte de mi vida diaria.
También pensé en poner las ocurrencias de mi familia, porque siempre me han hecho gracia.

Tal vez aquí terminen todas esas cosas, tal vez ninguna de ellas; no sé si sea el momento de dejar mi inconstancia y logre hacer entradas cada cierto tiempo, o si pase meses abandonado como mi flickr y mi tumblelog, tal vez lo primero que ponga aquí lo odie en diciembre, tal vez alguna cosa me guste definitivamente; inclusive corro el riesgo de sentir vergüenza cuando vea este blog mucho tiempo después.

Por eso este blog es para mí; no me comprometo a nada, sólo a poner lo que quiera, cuando pueda y quiera, que me haga feliz, que lo vea en dos años y diga: ay.